Reducir el consumo de sal en tu dieta saludable

Reducir el consumo de sal

No es ningún secreto que un exceso de sal en nuestra alimentación puede provocar enfermedades cardiovasculares como la hipertensión arterial o tensión alta, además de contribuir a la retención de líquidos.

Es de vital importancia reducir (en la medida de lo posible) la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares para mantener una buena salud y gozar de una buena calidad de vida, y detalles como reducir la sal en la dieta nos puede ayudar a reducir el riesgo de padecer ese tipo de enfermedades.

La retención de líquidos, por otro lado, es menos preocupante a nivel salud en comparación con las enfermedades cardiovasculares, aunque a nivel estético no es muy agradable, ya que produce hinchazón sobre todo en extremidades y abdomen, además de cansancio y malestar general.

También produce un aumento de peso repentino a menudo no justificado, pero a mayor cantidad de retención de líquidos, obviamente mayor será el peso corporal de la persona.

La sal no es nuestra enemiga

Pero, rompiendo una lanza a favor de la sal y evitando demonizarla más de lo que se merece, cabe resaltar que, en su justa medida, la sal nos puede ayudar a mantener un estilo de vida saludable y a mejorar nuestro rendimiento deportivo, pero repito, en su justa medida.

Existe una gran variedad de alimentos que consumimos a diario en nuestra alimentación que contienen una buena cantidad de sodio/sal y pese a ello, son alimentos saludables y recomendables para seguir un estilo de vida saludable.

Algunos ejemplos de alimentos con sal son los siguientes:
  • Carnes
  • Pescados ahumados y pescados en conserva
  • Fiambres/embutidos
  • Encurtidos (aceitunas, pepinillos, cebolletas, etc.)
  • Frutos secos salados
  • Cereales
  • Algunas verduras y hortalizas
  • Agua mineral
  • Salsas industriales (mayonesa, mostaza, etc.)

La sal y el ejercicio

Cuando hacemos ejercicio estamos perdiendo sales minerales a través del sudor constantemente, por lo que, si nuestro consumo de sal es demasiado bajo o incluso nulo, corremos el riesgo de que nuestra presión arterial baje demasiado y, sinceramente, eso nos hará pasar una muy mala experiencia.

Los primeros síntomas que podemos notar cuando nuestra presión arterial es demasiado baja son una leve sensación de debilidad, seguida de mareos y cansancio, pudiendo llegar incluso a desmayarnos.

Con el fin de evitar una molesta situación como esta, es muy importante hidratarse adecuadamente antes, durante y después de hacer ejercicio, por lo que nunca olvides llevar una botella de agua contigo a tus entrenamientos.

Si aun así notas los síntomas que hemos comentado más arriba, no debes alarmarte. Primero deja de hacer ejercicio (aunque seguramente no podrás seguir haciéndolo en ese momento), siéntate, no te pongas nervioso e intenta relajarte, consume algún alimento salado y bebe agua.

Un dato curioso es que mucha gente utiliza prendas de plástico como chaquetas, camisetas, fajas e incluso se pegan bolsas de plástico directamente sobre la piel rodeando la cintura con el fin de eliminar la grasa acumulada y la retención de líquidos en esas zonas, pero, lo único que consiguen es una sudoración excesiva con la consiguiente pérdida de sales minerales que puede producir lo que acabamos de leer.

Sin duda, esta práctica está totalmente desaconsejada ya que puede perjudicar nuestra salud. Si quieres perder peso, hazlo de forma saludable mediante una alimentación saludable, equilibrada y completa y realizando ejercicio de forma regular.

Reduce la sal en tu dieta

Con el simple gesto de no poner sal (o poner mucha menos cantidad) en todas nuestras comidas ya estaremos ganando en salud y bienestar. No pienses que por eso vas a comer sin sabor, porque cada alimento tiene su propio sabor y debemos aprender a degustar cada sabor de forma natural.

Por suerte, contamos con una infinita variedad de opciones para condimentar nuestros platos gracias a las especias, pero cuidado porque algunas son muy fuertes y pueden anular el sabor real de los alimentos.

Empieza reduciendo ligeramente el consumo de sal y añadiendo a tus platos una pizca de alguna especia que te guste, como por ejemplo laurel, albahaca, orégano o eneldo, que tienen sabores muy suaves, refrescantes y agradables

Para terminar...

A lo largo del artículo hemos comprobado que un exceso de sal es malo para nuestra salud, pero también hemos visto que eliminarla de forma radical de nuestra dieta también puede ser mal para nuestra salud.

Como ocurre con prácticamente todo en la vida, debemos encontrar el equilibrio que nos permita disfrutar de lo que hacemos sin poner en riesgo nuestra salud y, con la sal ocurre lo mismo.

No abuses de ella y tampoco la elimines por completo de tu alimentación. Acostúmbrate a utilizar especias para condimentar tus platos y así reducirás el consumo de sal sin darte cuenta.

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